Presta atención a estos testimonios que la web de Jalopnik ha reunido para tu deleite:
10- Los Toyota Prius no necesitan aceite; porque como no tienen motor…
Arch Duke Maxyenko, un usuario de la web americana, cuenta que un día una señora se acercó al taller con su Toyota Prius porque un día de pronto comenzó a funcionar mal. Cuando se pusieron manos a la obra descubrieron que uno de los cilindros se había ido. Al preguntarle a la señora que cuándo fue la última vez que había cambiado el aceite al motor, esta respondió: «Nunca. El Prius no tiene motor, así que ¿para qué habría que hacérselo?».
9- Aspirar la gasolina de un Beetle
Shermanator, un lector de la web, cuenta: «Tenía un amigo en la mili que trabajaba en un taller de Volkswagen y una vez me contó que un hombre tuvo un golpe en su Escarabajo, así que acudió al taller para dejarlo allí. Al cabo de un par de horas, esta persona volvió para coger un par de cosas que había en el coche y le preguntó a mi amigo por una aspiradora que pudiera usar. Mi colega le indicó donde tenían una, que la usara. A los 30 o 60 segundos mi colega escuchó una explosión y fue corriendo a ver qué había ocurrido. Fue lo que tardaron los gases del combustible en hacer contacto con los motores eléctricos de la aspiradora. Resulta que el hombre estaba intentando sacar la gasolina del tanque de combustible con ella…
8- Los frenos están un poco esponjosos
Una cliente del usuario llamado Thed octor53 acudió a su taller asegurando que tenía los frenos esponjosos. Cuando se pusieron a mirar, se encontraron con unas pinzas de freno hechas de esponja (tal cual). Llamaron a la mujer para enseñarle tal sorpresa y le dijeron que jamás se habían encontrado una cosa así. La mujer empezó a bailar y a preguntar que dónde estaba su premio…
7- Pobre Lebaron…
Takuro ha contado en la página cómo un día acudió al taller un señor con un bonito Chrysler LeBaron blanco, descapotable e inamiaculado. El hombre fue a cambiarle el aceite, los filtros y ese tipo de cosas. Así que dejó el coche y se sentó a esperar. El mecánico encargado de hacerlo le hizo todo sin problemas, excepto que, cuando llegó el momento de volver a arrancar el coche para ver si la presión del aciete estaba bien y todas esas cosas… El ‘profesional’ giró la llave y el coche tiró hacia delante. Es lo que tiene arrancar un coche con caja de cambios manual, que tenga una marcha engranada y que se te ocurra no pisar el embrague. El coche atravesó la puerta del taller, recorrió unos metros y terminó cayendo por un terraplén para acabar chocando con un árbol al lado de un riachuelo… Qué lástima.
6- ¿Y cuándo tendré que reparar esto?
El usuario Baeromez ha compartido su historia ocurrida en los talleres en lo que él solía trabajar. Parece que un día llegó una señora quejándose de una molesta vibración en la parte delantera, así que subieron el coche al elevador y vieron en los primeros segundos que una de las ruedas delanteras estaba atornillada únicamente por un solo tornillo y que el resto ni estaban. Además, éste estaba trasroscado y el rodamiento de la rueda ya estaba dañado. La señora contó que había pinchado y que su hijo se lo había arreglado. Así que preguntó que cuándo tendría que arreglar esa cosilla. Él contestó que «ya, ahora mismo», porque en ese estado no podía conducir. La señora se enfadó y terminó llamando a la Policía, quienes al llegar y ver ‘el panorama’ aconsejaron a la mujer exactamente lo mismo. Ella, muy soberbia, sugirío algo de unas posibles comisiones con el servicio de grúas, así que hizo que le bajaran su coche y se marchó. En el primer giro la rueda dijo «basta» y decidió irse por su propio camino. Lo más divertido fue que encima la señora volvió al taller pidiendo ayuda…
5- Las bielas que saludan
El taller familiar del usuario autojim vio llegar un día, a finales de los 80, un Honda Accord de solo tres años de antigüedad. Al coche se lo oía llegar con el típico clac-clac-pum-clac-clac-pum de los dibujos animados, hasta que entró en el taller y justo algo explotó. Un chico muy joven, serio y estudiante de la universidad religiosa que tenían al lado, salió del maltrecho coche diciendo que su vecino le había sugerido que trajera el coche, seguramente porque necesitaba una puesta a punto. El mecánicamente despistado joven contó que su Honda había pasado todas las revisiones en el taller oficial. Pero abrieron el coche y descubrieron que dos de las bielas había salido a saludar, haciendo dos agujeros en el bloque motor… Descubieron, mediante indicios, que ese motor jamás había sido cambiado de aceite… A pesar de haber acudido, efectivamente, al servicio oficial durante la garantía del coche.
4- Lo barato sale caro
Un cliente del taller de 8695Beaters quiso ‘Donkear’ su Mercery Grand Marquis (tunearlo y ponerle ruedas enormes). Pero lo hizo de una forma un poco ‘chapuza’ al comprar unas llantas chinas muy baratas y acoplarle lógicamente unas ruedas de perfil demasiado bajo. Según comenta, el coche estaba cada mes en el taller con pérdidas, goteos y las llantas cuadradas de llevarse tantos golpes. La llantas pesaban un quintal y nadie quería nunca comerse ese ‘marrón’ en el taller. Un día, con el coche en el elevador, de pronto escucharon un golpe. El eje de la suspensión había partido. Muchos kilómetros soportando cosas que sobrepasaban sus límites. La suerte es que fue el eje delantero, y el muelle sujetó al amortiguador evitando que matara a nadie. Suerte que ocurrió justo en el taller.
3- ¿Por qué me vibraba tanto?
Otro de los lectores del medio americano cuenta que él solía trabajar en sus coches amenudo y que uno de sus compañeros de trabajo, que no tenía mucha idea, acudió a él preguntándole si le podía echar un ojo al suyo, porque el día anterior yendo para su casa, vibraba mucho y se había vuelto difícilmente conducible. Al bajar al parking, la sorpresa fue minina. Resulta que al Toyota Corolla de su amigo directamente le faltaba una de las ruedas delanteras. ¿Cómo diablos podía haber conducido así hasta su casa, a casi 20 kilómetros y por autovía?, ¿Cómo podría no haberse dado cuenta de que le faltaba la rueda, si el festival de chispas de la llanta rozando contra el asfalto tenía que haber sido de órdago? Cosas increíbles.
2- Sin transfer y a lo loco
Un cliente entró al taller del usuario Earthbound and Down con un Jeep Cherokee porque algo le pasaba. Cuenta que jamás había visto algo así cuando le echó un ojo por debajo. La caja de transferencia (digamos, el diferencial central que pasa par del eje delantero al trasero en esos 4×4) había explotado. Literalmente. No sabía cómo se las había ingeniado, pero parece ser que el hombre había conducido en modod 4×4 durante ‘un rato’ y desconoce qué es lo que hay que hacer que sea tan bestia como para acabar así. Y sino échale un vistazo a estas fotos. Cuando la caja explotó, rompío uno de los circuitos de freno y había estrangulado el eje de transmisión de una forma que nunca había visto antes. Lo divertido es que el cliente acudió solo por un ligero ruido y porque frenaba poquito.
1- A la rica hamburguesa
Una mujer entró con sus dos niños y su Acura MDX al taller de Vincent Davidson quejándose de un mal olor. El olor era horrible, terrible. Era pleno verano. Tuvieron que ponerse mascarillas y a lo minutos el ambiente era insoportable. Parece ser que era de esos olores que se te hace bola en la garganta y las ganas de vomitar acechan constantemente. Algunos pensaban en un convertidor catalítico en mal estado pero… Qué va. Al finalmente echar un vistazo tras la fila de asientos del medio, encontaron una rica ‘hamburguesa de una libra’ en estado de descomposición desde hace unos 3 meses aproximadamente. Con ordas de gusanos que sobresalían de la caja… «Mu rico».
Fuente: Jalopnik.